El CASTILLO ATALAYA DE CARTAGENA.
La subida al castillo de Atalaya de Cartagena, para poder subir se debe hacer a pie y si se está en forma en bicicleta o corriendo, la inclinación de este monte es dura, rampas sostenidas.
Se llega desde el Barrio de la Concepción, también conocido como "quitapellejos", la subida tiene una longitud aproximada de 2 km. Tras este duro sufrimiento de subida , se tiene un gran premio con las grandes vistas, que permiten ver a vista de pájaro toda la Ciudad de Cartagena.
Antes de llegar al Castillo hay un camino a la izquierda que conduce hacia la Antena eléctrica grande que hay en Cartagena. El castillo se eleva a una altitud de 242 metros sobre el nivel del mar .
La posición estratégica del monte de la Atalaya era conocida desde la Edad Media, cuando se colocó allí un puesto de vigilancia para alertar de posibles ataques piratas o aliados del Reino nazarí de Granada. El Castillo Atalaya demostró su utilidad en 1561, cuando el 4 de mayo desembarcaron en La Algameca 1.800 soldados otomanos con la intención de abalanzarse sobre Cartagena por sorpresa. El hecho sirvió para que se presentara ante ellos Luis Fajardo y de la Cueva, marqués de los Vélez, que al mando de caballeros murcianos y cartageneros derrotó a los invasores en las proximidades de la rambla de Benipila.
Los primeros intentos serios de levantar una fuerte en la cima de la montaña llegaron en 1706, durante la Guerra de Sucesión Española. Por entonces, la ciudad estaba ocupada por los ingleses en nombre del archiduque Carlos de Austria, y estos necesitaban asegurar la posición adquirida en el hostil reino de Murcia. Con este objetivo, se levantaron dos fuertes en dos puntos estratégicos, que darían lugar a la edificación que estamos tratando y al castillo de San Julián, que vendrá a defender la bocana del puerto.
La construcción definitiva del castillo de la Atalaya fue proyectada en 1766 por el ingeniero militar melillense Pedro Martín-Paredes Cermeño, para mejorar las estructuras militares en Cartagena en el reinado de Carlos III.
El castillo sufrirá gran protagonismo durante el asedio centralista de Cartagena durante la Revolución cantonal, etapa en la que su nombre cambió al de "castillo de la Muerte".
La noche del 9 de enero de 1874, mientras el ejército se somete a la plaza a un intenso bombardeo, elementos de la guarnición cantonalista se entrevistan en secreto con el enemigo, rindiéndola junto a la fortificación. Los intentos del dirigente Antonete Gálvez por retomarla serán rechazados, y acabarán precipitando la capitulación de Cartagena.
Concluida la Guerra Civil Española, el Ministerio del Ejército lo traspasó al Ministerio de Hacienda en los años 1960, para pasar finalmente su posesión al Ayuntamiento de Cartagena, sin que se le haya dado ningún uso o cuidado, motivo por el cual actualmente actual está en deterioro. Para evitar que el castillo siga en mal estado han surgido tanto iniciativas de asociaciones como Adepa y Aforca, como particulares originarias del cercano barrio de la Concepción, que por el momento no han conseguido respuesta institucional ni ayuda del Ayuntamiento de Cartagena.
La entrada a la fortaleza se encuentra en el bastión central de la parte sur. Una vez atravesada la puerta se accede a un vestíbulo , que a través de unas escaleras te suben a la explanada de la primera planta. Es en este nivel donde se hallan las estancias abovedadas donde vivía la guarnición que protegían a los artilleros del fuego enemigo y un aljibe. Por último, una también extraviada escalera de caracol conducía a la azotea.
Fue declarado Bien de Interés Cultural el 7 de agosto de 1997.
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